Siempre estaremos seguros en el confort de nuestros hábitos con lo que nos resulta familiar: nuestra casa, nuestros amigos, nuestra familia, nuestro trabajo.

En fin, todo lo que conocemos. Cuando salimos de esa zona, ya sea por obligación o por decisión propia, aprendemos lecciones valiosas relacionadas con el tiempo, los sentimientos, años de vida y todo aquello que no podemos comprar.

También aprendemos que: “El único límite lo ponemos nosotros”. Nosotros decidimos hasta dónde queremos llegar.

Y recuerda, si deseas saber más, te sugiero leer mis libros, donde encontrarás más reflexiones para elevar tu aprendizaje espiritual.

El Arte de Brillar
El Arte de Vivir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *