Todos alguna vez nos hemos encontrado perdidos, sin saber adónde ir o qué camino tomar a continuación.
Las dudas surgen porque, tenemos mil asuntos encima que resolver y la confusión respecto al siguiente paso hace que el camino se torne nublado.
En más de una vez me he sentido así por no confiar en mi plan de vida y por no regresar a él siempre que me encuentre perdida.
La solución más rápida y efectiva a esta oscuridad que, sólo es temporal, es regresar la vista a esos objetivos que nos marcamos de manera firme.
Es decir, aquellos planes que cierto día te sentaste a formular en tu libreta y estabas tan emocionado que sentías que ibas a conquistar el mundo y lograrías esos desafíos que te habías propuesto.
Antes de seguir con esa depresión, desánimo o tristeza, recuerda tus objetivos. Léelos nuevamente si los tienes escritos y continúa donde te quedaste.
Pues, el camino, la sanación y la respuesta a todas nuestras preguntas se encuentran en nuestra misión de vida, aquello que sientes que naciste para ser.
Descubrir nuestra misión de vida es tan importante como respirar, porque cuando no tienes claridad sobre ella, solamente estás viviendo cada día sin sentido, sin plenitud, como si estuvieras muerto.
En cambio, con un propósito de vida, cada día te sientes motivado y útil para aportar a los demás tus conocimientos y habilidades.
Y no sólo eso, tanta es la energía y creatividad que se desprenden en ese proceso que, también atraes hacia ti la salud, el dinero y el amor deseados.
Esto es porque te encuentras vibrando en un estado muy positivo y por eso todos estos complementos, vienen por añadidura.
La clave de todo está en, regresar siempre al punto de partida cuanto te sientas desorientado.
Es decir, haz de tu propósito una brújula que puedas consultar de vez en cuando para saber en dónde te encuentras; y en base a esto puedas proyectarte en tus planes futuros.
Recuerda, no estás perdido, sólo estás mirando en la dirección equivocada.
Y recuerda, si deseas saber más, te sugiero leer mis libros, donde encontrarás más reflexiones para elevar tu aprendizaje espiritual.
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