Las palabras anónimas: “No cambies el calor del sol de la mañana por la llama de un fuego cualquiera”, tienen mucho significado si se las analiza profundamente y nos ponen a reflexionar.

A veces nos conformamos con cosas pequeñas, por miedo a obtener cosas grandes.

Hablando desde el punto de vista espiritual, nos conformamos con un limitado número de habilidades cuando la mayoría de las veces siempre podemos dar más de lo que tenemos. Es sólo cuestión de probarnos a nosotros mismos.

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Un ejemplo muy común, es cuando en nuestra cabeza abundan los pensamientos sobre negativismo en torno a una idea que se originó por algo o alguien externo.

Tal vez nos dijeron que no éramos valiosos, tal vez nos dijeron que no éramos capaces de hacer algo que soñábamos o quizás nos programaron para hacer una determinada actividad en donde nuestras capacidades están sobrevaloradas para eso.

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Lo que sea que tengas en tu mente, analiza cómo enriquece o empobrece tu espíritu. El autosabotaje casi siempre suele estar presente.

¿Por qué te conformas con una llama pequeña cuando tienes todo el sol a tu disposición? Es necesario que aprendamos a cambiar de perspectiva y apuntemos a algo más alto.

Tú lo vales y tú decides siempre cuál es tu precio. Entonces, ¿sabes en verdad cuánto vales? Si lo sabes, mantente firme en tus convicciones y haz que ese valor crezca cada vez más y que cuando mires hacia atrás no te reconozcas.

Programa tu mente hacia la luz

Pero si no lo sabes, ¿qué esperas para empezar a evaluarte? Recuerda que siempre eres capaz de superar tus expectativas, es tu responsabilidad mirar más allá del horizonte y poner a prueba tus capacidades.

Sólo es necesario que te animes a dar el primer paso y lo demás vendrá por añadidura. Después de todo, ¿cómo esperas que los demás te valoren, si no lo haces tú primero?

Cada vez que te mires al espejo, admira tus cualidades, dile al espejo lo que te gustaría que los demás dijesen de ti.

El amor propio es sin duda la clave para tener una buena relación contigo y por ende con todo lo que te rodea. Pues todo actúa como un reflejo, lo que veas en ti verás en los demás.

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Y recuerda, si deseas saber más, te sugiero leer mis libros, donde encontrarás más reflexiones para elevar tu aprendizaje espiritual.

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